Indistintamente de los resultados electorales recientes, es innegable que la revolución bolivariana cuenta con un poderío electoral impresionante.
La cantidad de triunfos desde el año 1998, que no solamente incluyen las elecciones convencionales sino que además se le suman miles de procesos de organizacion de consejos comunales, comités de salud, mesas técnicas de agua, de electricidad, entre otras, constituyen una base social electoral importante. Veamos que estas ultimas instancias mencionadas no se refieren nada mas a la lógica de "votos" sino que vincula y es predominante el criterio de la participación y protagonismo del pueblo.
Ahora bien, el contexto y la lucha de clases se desarrollan no solo en el campo electoral como estrategia fundamental, no. La estrategia fundamental vuelve a ser la que nunca debimos perder de vista como pueblo, la economía.
El mayor reto de cada organizacion política, social, cultural, etc, es organizar su aporte económico a la revolución y al pueblo. Todos y todas debemos poner a la orden nuestra fuerza productiva, nuestra capacidad de desarrollar bienes y servicios y dar un aporte real para solventar las necesidades crecientes de la sociedad.
Se trata entonces de trascender la cultura rentista y electorera para avanzar en la militancia socialista tal como oriento el Comandante Chávez.
Cada organizacion debe conocer y propiciar su aporte económico (producción, distribución y prestación de servicios). La guerra económica no es otra cosa que la mutación del neoliberalismo salvaje y depredador que ve a la humanidad como una mercancía en el mercado.
Debemos entonces echarnos a andar y forjar la "invulnerabilidad económica" de Venezuela pues el objetivo no puede ser pequeño. Para lograrlo, como dicen en el movimiento popular, "cada latido cuenta" y cada organizacion aporta.
